Si bien el desarrollo de los algoritmos de inteligencia artificial (IA) lleva más de 60 años, en los últimos meses se han generado grandes avances, entre los que claramente se destacan la apertura al público de ChatGPT3 y Bard como chats conversacionales, y los generadores de imágenes Midjourney y StableDifussion, entre otros. Estas herramientas cuentan con la capacidad de generar nuevos contenidos, principal atributo de las inteligencias artificiales generativas.

La capacidad de cómputo y la complejidad de las redes neuronales desarrolladas han habilitado avances que hace pocos años parecían muy lejanos, tales como crear obras de arte que ganan concursos en prestigiosas academias, o generar código de software de forma correcta y eficiente frente a un requerimiento escrito. Sin embargo, aún no está del todo claro cómo las empresas podrán aprovechar esta capacidad, generando valor y/o reduciendo el esfuerzo requerido para lograr sus metas.

Es claro que las grandes corporaciones y los desarrolladores de software incorporarán esta tecnología a sus productos, tal como lo ha anunciado Microsoft al lanzar Copilot, un asistente conversacional que facilitará el uso de las herramientas de Office, aplicando toda la potencia del motor de OpenAI (creador de ChatGPT). Pero, ¿cómo puede utilizar una empresa esta tecnología? ¿Cómo puede mi empresa aprovechar el potencial de la inteligencia artificial generativa?

Esta pregunta es la que ronda desde hace semanas en la mente de los empresarios, directores y gerentes de muchas de compañías del país y la región. Obviamente la respuesta no es única, pero existen lineamientos que son ampliamente aplicables en una variedad de sectores e industrias:

- Distribución de conocimiento: Los chats conversacionales generativos son capaces de procesar nuestra base de conocimiento, indexarla, resumirla y posteriormente distribuirla entre los integrantes de la empresa mediante un chat, contando así con un “super compañero” que es capaz de contestar todas las preguntas.
- Generación de documentos, casos de uso y otros textos: De la misma manera, aplicando su capacidad generativa, estas herramientas son capaces de generar versiones de contratos, propuestas y cualquier otro documento en base al historial de documentos disponible, y personalizarlo considerando un conjunto de instrucciones redactadas por un usuario no experto.
- Armado de piezas de marketing: Es posible contar con un asistente que genere contenido gráfico nuevo y adaptado a las instrucciones que un usuario le asigne.
- Recolección de información: Ya sea unificar e integrar información de plataformas digitales, monitorear la imagen de marca en redes sociales o generando indicadores de performance automáticos en base a datos aportados por dispositivos, las herramientas de inteligencia artificial generativa son capaces de automatizar acciones rutinarias y lograr interpretar la información generada con desempeño similar (y a veces superior) a la de los humanos.

En cualquiera de estas categorías existen dos opciones para las empresas, adquirir productos potenciados por la IA, o generar rutinas de procesamiento a medida, utilizando los motores de IA disponibles, los cuales son accesibles de forma directa mediante un servicio de suscripción que generalmente rondan los USD 20 por mes. Es en este marco que se recomienda a las empresas identificar el caso de uso que les permita maximizar el valor de la tecnología y posteriormente encarar un proyecto de implementación corto, eficiente y sobre todo enfocado en el objetivo definido. El desafío es claro: tendremos necesariamente que avanzar en la adopción de esta tecnología; solo resta definir cómo y dónde.