CPA FERRERE
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Apuntes sobre el convenio salarial para el sector bancario

CONTEXTO

Desde la ronda de negociación colectiva 2010, el Poder Ejecutivo ha promovido la adopción de pautas salariales vinculadas a la realidad económico-financiera de cada sector de actividad. De esta manera se ha conformado un nuevo marco de negociación orientado a ?impulsar acuerdos donde los aumentos de los salarios reales sean compatibles con la sostenibilidad de los costos laborales y la moderación de la inflación? de modo de evitar un proceso de retroalimentación entre precios y salarios. En este contexto, el Poder Ejecutivo ha sugerido el uso de indicadores sectoriales capaces de recoger la evolución de la productividad y de la realidad económica específica de cada sector como referencia en la determinación de ajustes salariales. De esta forma, sectores como la banca, la industria frigorífica y la construcción, entre otros, han incorporado indicadores sectoriales en las negociaciones salariales.

EL CASO DE LA BANCA

El acuerdo vigente del Consejo de Salarios de la quinta ronda del año 2012 establece que los ajustes de los salarios reales de los trabajadores bancarios estarán determinados de acuerdo a un índice integrado por tres componentes ponderados en partes iguales. Con el objetivo de contemplar la viabilidad financiera de los ajustes salariales, el acuerdo explicita además que el ajuste real solo se llevará a cabo si los bancos privados en conjunto presentan un resultado positivo en el ejercicio anual cerrado a diciembre previo al ajuste. Se entiende por resultado el que surge de los estados contables consolidados publicados por el Banco Central del Uruguay (ajustado de forma de excluir los resultados extraordinarios del resultado del ejercicio después de IRAE). El indicador de ajuste del salario real se compone de la siguiente manera:

  1. El primer elemento considera la evolución macroeconómica de la productividad media de mano de obra de toda la economía uruguaya. Para ello se calcula el ratio de la variación del PIB sobre la del empleo total del país.
  2. El segundo componente, propuesto por el sector trabajador, apunta al nivel de productividad sectorial considerado como el nivel de actividad por empleado. El indicador propone analizar el ratio entre volumen de negocios (calculado como la suma de los créditos y obligaciones de los bancos privados con el sector no financiero) y nivel de empleo a diciembre de cada año, comparándolo con la referencia base de diciembre 2011. El coeficiente de ajuste por este componente tiene un piso de 0% si la variación es negativa y un valor máximo de 4% si la variación es mayor o igual a 4%.
  3. Finalmente, el tercer componente propuesto por el sector empleador (Indicador de Productividad propuesto por el Sector Empresarial - I.P.S.E.) busca relacionar el ajuste salarial con la rentabilidad agregada de los bancos privados. El indicador computa el ratio entre el resultado de los bancos (antes de costos laborales) y los gastos en mano de obra:

    IPSE = (Margen operativo antes de Previsiones ? Costos operativos no laborables (sin Aj. por inflación)) / Costos Laborables

    De esta forma, el valor del IPSE refleja la capacidad financiera de las instituciones para afrontar los costos de mano de obra: un valor del IPSE superior a 1 implica que el resultado económico (antes de considerar costos salariales) es superior a los costos laborales. En este sentido, el ajuste se calcula en funciónde una tabla que vincula intervalos del índice con un coeficientedeterminado de corrección, implicando que el tercer componente de ajuste pueda variar entre -4% y +4%. En concreto, esto genera que a partir de que el IPSE supera el valor de 1,3652, el ajuste real de salarios por este componente será positivo (con un valor máximo de 4%). A su vez, dado que este componente tiene una ponderación de 33,33% en el ajuste salarial, la incidencia sobre el ajuste real total es de ±1,33%.

En base a estos tres indicadores se determinan los ajustes reales del sector Banca Privada a realizarse en enero de cada año. El convenio establece además que en julio de cada año los trabajadores reciben un ajuste en función de la inflación esperada para el año siguiente y un correctivo de inflación por la diferencia entre inflación esperada e inflación observada en período anterior.

ALGUNAS IMPLICANCIAS DEL CONVENIO

En términos generales, la aplicación de ajustes salariales en función de parámetros que recogen la realidad sectorial en forma objetiva constituye un avance en relación al régimen anterior, donde los ajustes surgían de negociaciones cuyos resultados obedecían a factores que en muchos casos no contemplaban le heterogeneidad inter e intra sectorial. De todas maneras, parece razonable analizar en qué medida el indicador construido recoge adecuadamente las dimensiones económicas que pretende reflejar y qué impactos puede tener sobre las instituciones financieras. En este sentido, podría afirmarse que el conjunto de indicadores elegidos para determinar los ajustes salariales tiene al menos dos implicancias significativas: (i) el uso de indicadores promedio podría perjudicar a las instituciones con peor desempeño relativo, en particular a los bancos de menor tamaño y (ii) el cómputo del IPSE, tal como está definido, se ve afectado por partidas como los Resultados por Diferencia de Cambio, que en última instancia recoge el efecto de decisiones financieras ajenas a los trabajadores de las instituciones y que podrían introducir efectos cíclicos en los ajustes salariales.

En términos generales, la utilización de indicadores que reflejan el promedio del sectorimplica que los bancos con desempeño por debajo del promedio se verán obligados a otorgar aumentos salariales a la par sus competidores más rentables, incluso aunque alguna institución particular esté registrando resultados negativos y descensos de la productividad del trabajo. Adicionalmente, en términos de largo plazo, en la medida en que el negocio bancario cuenta con economías de escala, los bancos más grandes estarán en mejores condiciones de asumir los ajustes salariales, por lo que este tipo de mecanismos de ajustes salariales podría inducir a los bancos más pequeños a asumir una estructura de costos laboral poco sustentable en términos de sus propias condiciones económico-financieras.

Con respecto al cómputo del IPSE, el análisis de las partidas que lo integran deja en evidencia que el mismo se ve afectado por losResultados por Diferencia de Cambio, lo que introduce una dinámica que puede alejarse de lo esperable tanto para los empleadores (por su volatilidad y su escasa previsibilidad) como para los trabajadores (por su naturaleza contracíclica). En la medida en que l IPSE pretenda reflejar el margen por transacción del negociodepurando los resultados derivados de la exposición monetaria de los bancos (excluyendo por ejemplo los ajustes por inflación), parecería consistente también excluir los resultados por diferencia de cambio, los cuales buscan medir también la exposición patrimonial al tipo de cambio. En otras palabras, resultados obtenidos por concepto de diferencia de cambio y ajustes por inflación impactan fuertemente en los resultados de los bancos pero no están vinculados a la productividad laboral y al esfuerzo de los trabajadores.

A modo de ejemplo, con los datos cerrados a noviembre 2013, el IPSE arrojaría un guarismo de 1,47 promedio para la banca privada, que al ubicarse en el intervalo máximo de la tabla mencionada implicaría un ajuste parcial de 4%. Luego, una vez ponderado el IPSE en el indicador de ajuste total, tendría una incidencia de 1,33% en el ajuste salarial de enero 2014. Sin embargo, un cómputo alternativo del indicadorsin incluir losResultados por Diferencia de Cambio arrojaría un IPSE de 1,38, generando un ajusteparcial de 1% (componente c del ajuste), con una incidencia de 0,33% en el ajuste total a realizarse en enero.

Otro elemento a destacar es que la inclusión de los Resultados por Diferencia de Cambio en el cómputo del IPSE podría introducir efectos de carácter cíclico no deseados. A modo de ejemplo, el peso uruguayo suele depreciarse en períodos recesivos (durante el proceso o a modo de corrección macroeconómica ex post), dando lugar a ganancias contables en el sistema bancario, impulsadas por las instituciones con mayor posición abierta en moneda extranjera. De esta manera, se podrían observar períodos recesivos en los que se deban otorgar aumentos salariales de magnitud significativa como consecuencia del ajuste cambiario (ajustes que impactarán en mayor medida sobre las instituciones que tienen una posición cerrada en moneda extranjera). Contrariamente, períodos de prolongada bonanza, como la última década, están asociados a apreciaciones reales del peso uruguayo que podrían mitigar o reducir las ganancias de los bancos, dando lugar a ajustes de salarios reales nulos o muy moderado con respecto a otros sectores de actividad económica.

CONCLUSIONES

Desde nuestra perspectiva, el rumbo adoptado por las negociaciones salariales parece saludable, en la medida que intenta recoger la realidad económica del sector bancario y promueve incrementos salariales vinculados a la productividad de los trabajadores, que intentan contemplar además la capacidad económica de las empresas para absorber incrementos salariales. En este sentido, el caso del sector bancario parece un ejemplo interesante a ser implementado en otros sectores. El caso de los bancos privados refleja además las ventajas de contar con un marco de transparencia informativa de la realidad contable de las empresas, ya que la adopción de este esquema es posible debido a la existencia sistema de información contable de acceso público y de carácter mandatorio para las instituciones que integran el sector.

De todas maneras, el cómputo de los elementos que integran el indicador de referencia para determinar los ajustes salariales merece una revisión, ya que la estructura actual podría derivar en una carga salarial ?excesiva? para las instituciones más rezagas en términos de productividad y rentabilidad, podría afectar en mayor medida a las instituciones pequeñas que no disfrutan de las ventajas de las economías de escala y contempla variables (como los resultados por diferencia de cambio) que no necesariamente reflejan la productividad del trabajo y podrían introducir efectos cíclicos no deseados.

Finalmente, en la medida en que este mecanismo de ajuste salarial impacta sobre la estructura de costos de los bancos, podría ser un factor adicional que acelere el proceso de fusiones y adquisiciones bancarias que se ha venido registrando en el Uruguay y en el mundo, en un contexto en el que los bancos intentan aprovechar la escala para licuar mayores costos regulatorios, para afrontar costos de capital creciente y para amortiguar potenciales problemas de liquidez.