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Capurro analiza determinantes macro de los commodities

El economista de CPA Ferrere Alfonso Capurro expuso sobre ?Determinantes macro de los commodities en un mundo en transición?.

Capurro sostuvo que los precios de los commodities están recibiendo dos tipos de presiones contrapuestas: (i) por un lado una presión bajista resultado de economía global deprimida y de un ciclo financiero negativo de la mano del fortalecimiento del dólar, y (ii) por otro lado una presión alcista de la mano del crecimiento estructural de la demanda en China. El economista sostuvo que la coyuntura del último año nos mostró con claridad que, pese a estos factores estructurales, los ciclos económicos pueden ser profundos y nos pueden desviar transitoriamente de los valores de largo plazo.

Lea el análisis.

Los cambios estructurales en China: hacia una economía con mayor potencial de consumo.

La desaceleración de la economía china es una de las mayores preocupaciones actuales a nivel global. Sin embargo, este proceso venía siendo advertido desde hace varios años por Organismos internacionales y por autoridades Chinas. La sorpresa más relevante es que la desaceleración está siendo más rápida de lo esperado, y eso naturalmente no es una buena noticia. Pero en cualquier caso, la desaceleración de China era esperada desde hace un tiempo.

Desde el punto de vista teórico, podría argumentarse que China comenzaba a enfrentar la etapa de los rendimientos marginales decrecientes. En otras palabras, ningún país puede crecer a tasas de 10% en el muy largo plazo, mucho menos si uno de los motores de su crecimiento (la expansión demográfica que hizo crecer el factor trabajo) alcanza una meseta. En un estudio publicado en 2012, el Banco Mundial y el Banco Popular de China presentaban sus proyecciones para la economía China hacia el año 2030 (?China 2030: Building a Modern, Harmonious, and Creative Society?).

El estudio deja en claro dos elementos: (i) China convergía a tasas de crecimiento en torno al 4,5% anual en 2030, y (ii) el modelo de crecimiento estaba cambiando, desde una economía impulsada por la inversión hacia una economía impulsada por el consumo. (Ver gráficas)

Este espíritu trazado por el WB hace 5 años ha sido ratificado en los últimos planes quinquenales, en los que el Congreso Nacional del Pueblo (NPC) reconoce un crecimiento más moderado pero más sostenible y plasma objetivos intermedios como mejorar la distribución del ingreso, aumentar el ingreso de los trabajadores rurales y urbanos y aumentar el peso de los servicios en el PIB.

Este cambio de modelo económico a largo plazo es una buena noticia para países como Uruguay, y posiblemente no es una noticia tan favorable para exportadores de metales como Chile o Perú, dado que la China del futuro será una menor intensidad de demanda por este tipo de commodities vinculados a las grandes inversiones en infraestructura, área en la que China hizo un gran despliegue en los últimos 20 años.

El rumbo de largo plazo es auspicioso para un productor de alimentos como Uruguay, aunque también es cierto que la transición hacia ese nuevo equilibrio no está exenta de dificultades. Por un lado porque China tiene dificultades para lograr una transición ordenada, y los riesgos financieros y las burbujas son amenazas concretas para este proceso. Por otro lado, porque el ciclo financiero global comenzó una fase negativa para el precio de los commodities desde 2013 que operó deprimiendo los precios en forma generalizada. (Ver gráficas)

La presión bajista del ciclo financiero global.

Desde mediados de 2014 asistimos a una fuerte corrección a la baja del precio de los commodities, en el marco de una moderación del crecimiento global y de una intensificación del proceso de fortalecimiento del dólar. Analizando la evolución de los precios de los últimos años es posible extraer dos conclusiones preliminares: (i) los commodities cayeron en promedio 30% en términos reales desde junio de 2014 (Algo superior a la caída durante la crisis de Lehman Brothers, que había sido del 50%), y (ii) justados por inflación internacional, los precios promedio de las materias primas se ubican casi en los mismos niveles que luego del abrupto ajuste de 2008. En este contexto, cabe preguntarse si los precios de los commodities no podrían repuntar en los próximos meses, tal lo hicieron entre 2009 y 2011 luego de la crisis financiera global.

Los fundamentos del ciclo financiero global actual son distintos a los del 2009, lo que permite especular con que no habrá un repunte generalizado de precios como ocurrió en aquel período. Esto no impide que haya aumentos puntuales en algún precio como la soja o que algunos commodities como la carne resistan mejor el shock global que otros precios como los lácteos. En este sentido, los fundamentos financieros de 2015 son muy diferentes a los de 2009, al menos en tres aspectos:

1) Visto ex post (con el diario del lunes), el episodio 2008-09 fue profundo, pero corto, con salida rápida gracias a una respuesta ágil de la política económica. Los shocks recibidos el último año son menos violentos que los de 2008, pero más duraderos.

2) El repunte de precios 2009-10 estuvo sustentado en parte en un rebote de la economía mundial, que volvió a crecer a tasas cercanas al 6%. Actualmente la economía global está transitando una fase de bajo crecimiento. En este sentido, actualmente se utiliza la expresión ?moderation is the new normal?, aludiendo al hecho de que estas tasas de crecimiento más moderadas son parte de un proceso relativamente duradero. En cualquier caso, la economía global crece en torno al 3%, dando un menor soporte a procesos de suba de precios en forma generalizada. En este contexto, shocks de oferta podrían impulsar aumentos de precios.

3) En 2009 y 2010 el dólar se debilitó como resultado de la reversión del proceso de flight to quality que había ocurrido durante la crisis 2008. En cambio, el fortalecimiento del dólar desde 2014 parece ser parte de un proceso más permanente de convergencia a un valor de equilibrio de largo plazo en el marco de la normalización progresiva de la política monetaria de Estaodos Unidos. Por tanto, a diferencia de lo ocurrido en 2009-10, la tendencia del dólar no promoverá una suba generalizada de los precios de las materias primas.

En definitiva, un ciclo financiero negativo (por el fortalecimiento del dólar) y una fase de menor crecimiento de la economía global plantean un panorama de precios moderados durante esta fase de transición. Las perspectivas de largo plazo son auspiciosas para un país como Uruguay, pero las presiones cíclicas globales operan en sentido bajista en el corto plazo. Repuntes de precios en algunas materias primas podría ocurrir, pero requerirían shocks globales del lado de la oferta por accidentes climáticos o por retracciones de la producción global.

Análisis para MegaAgro/Novitas