CPA FERRERE
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¿Cuál es el nivel de antifragilidad de tu organización?

Hoy más que nunca las personas y las organizaciones deben desarrollar esta competencia, para atravesar la incertidumbre que ha generado en el mundo el COVID 19 y redescubrirse. Solo así podremos con el desafío del día después... la nueva normalidad.

Podemos definir antifrágil[1] como una competencia que permite beneficiarse de las adversidades. Es decir, que una organización anti frágil, es la que es capaz de desarrollarse y crecer cuando se expone a la volatilidad, la aleatoriedad, el desorden y los factores estresantes y se siente cómoda con el riesgo y la incertidumbre. La antifragilidad está más allá de la resiliencia o la solidez. El resiliente resiste los choques y permanece igual, lo antifrágil mejora.​

Este concepto se hace más que relevante en la actualidad, donde el coronavirus ha provocado una crisis de salud con impactos económicos sin precedentes a nivel mundial, que generará una reestructuración del orden económico y social en el que los negocios y la sociedad han operado tradicionalmente

En este contexto, algunas organizaciones resilientes están paralizadas, les cuesta tomar decisiones, otras se enfocan en la supervivencia a corto plazo, otras están mirando a través de la niebla de incertidumbre, pensando en cómo posicionarse una vez que la crisis haya pasado y las cosas vuelvan a la normalidad. Y muy pocas, antifrágiles, están surfeando la incertidumbre, asumiendo riesgos para entender a cabalidad este nuevo contexto, de forma de poder imaginar y moldear la nueva normalidad.

Ahora bien, ¿quién puede decir cuánto durará esta crisis y qué efectos tendrá sobre la realidad que hoy conocemos como “normal”? Sin dudas esas respuestas nadie las tiene con precisión, pero quizás la pregunta que debemos realizar es ¿qué se necesita para afrontar esta crisis, ahora que nuestros modelos e indicadores de gestión tradicionales se han vuelto obsoletos?

Nuestra respuesta es convertirnos en organizaciones antifrágiles. Desarrollar y fortalecer esta competencia nos permitirá beneficiarnos de la incertidumbre y oportunidades que surjan de la crisis actual, mejorar y transformarnos para gestionar en la próxima normalidad que surgirá luego de haber ganado la guerra contra el coronavirus.

Para identificar cuál es el nivel de antifragilidad de tu organización, comienza por responder las siguientes preguntas:

 ¿Cómo ha reaccionado mi organización con la crisis?

¿Ha podido establecer el control y resolver los temas emergentes de funcionamiento, clientes, empleados de forma oportuna?

¿Mi organización ya identificó cómo hacerse más fuerte y mejorar ante esta crisis?

¿Cómo será la nueva propuesta de valor para sus clientes?

¿Comenzó el proceso de reinvención: procesos, productos, servicios o modelo de negocio?

¿Cómo se encuentra mi equipo luego de la crisis?

¿Cómo debo pararme cómo líder?

[1] Concepto desarrollado por el autor Nassim Taleb en su libro Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden (2012)