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EE.UU. y la Unión Europea: ¿qué se espera para 2010?

Los países de la Unión Europea y EE.UU., economías que resultaron más afectadas por la crisis financiera internacional, han mostrado en los últimos meses algunas señales que indican que probablemente lo peor ha quedado atrás. A pesar de ello, es también claro que los efectos negativos de dicha crisis en variables como en nivel de actividad, el empleo y el consumo continuarán por un buen tiempo. En este contexto en donde la recuperación de las economías avanzadas recién comienza a observarse, parece oportuno observar el panorama esperable para estos países, así como evaluar los riesgos y desafíos que las economías líderes del mundo deberán enfrentar a lo largo de 2010 y 2011.

EE.UU.: ¿desempleo o déficit fiscal?

Luego de sufrir severas contracciones de la actividad económica, EE.UU. ha retomado el crecimiento económico. En efecto, durante el cuarto trimestre de 2009 y primer trimestre de 2010, la economía norteamericana registró un incremento del PIB de 5,7% y 3,2% respectivamente. Pero si bien la actividad económica ha mostrado síntomas de recuperación, confirmando que ?lo peor ha quedado detrás?, existen dos elementos que es importante tener en cuenta. Primero, que el repunte en el nivel de actividad se ha explicado en buena medida por los programas de estímulo fiscal y monetarios aplicados por el Gobierno de EE.UU., por lo que el crecimiento es aún ?dependiente? del estímulo estatal.

Segundo, el mercado laboral se muestra aún muy vulnerable, en tanto que más de 8 millones de personas han perdido su empleo a lo largo de estos últimos dos años. Se espera que la economía demore unos dos años más en absorber estos trabajadores desempleados. Por ello, el desempleo se presenta como uno de los desafíos más importantes que la economía norteamericana deberá enfrentar en los próximos años. Esto último ha sido reconocido por la Administración Obama, ya que este problema constituye unos de los primeros puntos de la agenda para 2010 y 2011.

La ?dependencia? del crecimiento económico a los estímulos fiscales y el problema de desempleo antes mencionados, parecen exigir una mayor agresividad en la implementación de medidas fiscales y monetarias, o al menos, un mantenimiento de las políticas actuales por un buen tiempo. Pero si bien existe consenso en que las medidas de estímulo pueden ser efectivas para amortiguar los efectos de la crisis sobre el nivel de actividad y de empleo, no es menos cierto que conllevan costos importantes de cara al futuro. Una mirada a las cuentas públicas permite observar este hecho, EE.UU., por ejemplo, ha incurrido en elevados déficit fiscales como consecuencia de la crisis: -9% del PIB en 2009 y se espera que en 2010 esta cifra trepe a -10,6%.

Reactivar la economía y el empleo, pero a su vez mantener en ?orden? las cuentas públicas en escenarios de bajo crecimiento económico será uno de los principales desafíos que deberá enfrentar EE.UU. durante 2010 y 2011. Mientras que un ajuste fiscal demasiado brusco o muy apresurado podría empujar a la economía a una nueva fase recesiva -y por tanto a mayor desempleo-, el mantenimiento excesivamente prolongado en el tiempo de estímulos monetarios y fiscales, pueden generar trayectorias insostenibles en las cuentas públicas, desequilibrios financieros y, nuevamente, nerviosismo en los mercados.

Unión Europea: austeridad fiscal en 2010

Al igual que EE.UU., el nivel de actividad en el conjunto de la Unión Europea ha mostrado un mejor desempeño en los últimos meses con respecto a comienzos de 2009. Sin embargo, en lo que a Europa refiere, es importante atender a las asimetrías que existen en el interior del bloque. Algunos países como Francia y Alemania hace ya varios trimestres que han salido de la recesión, mientras que otros como España han mostrado una expansión recién en el primer trimestre de 2010. Por último, una minoría compuesta por Grecia y algunos países de Europa emergente aún continúa técnicamente en recesión.

De todas formas y sin lugar a dudas, el principal desafío que enfrenta el bloque es la situación fiscal que viven algunos de los países miembros. Al igual que EE.UU. la conjunción del deterioro de la economía de los países de Europa y la recurrencia a políticas fiscales expansivas, han llevando el déficit fiscal a niveles insostenibles en el mediano plazo. Pero a diferencia de la economía norteamericana, los agentes observan con cierto recelo lo que pueda suceder en países como Grecia e Irlanda, que han acumulado no sólo fuertes déficit fiscales, sino también elevados niveles de endeudamiento. Por otra parte, hay otros países que si bien no sufren la delicada situación de estos últimos, presentan importante deterioro en las cuentas fiscales, tal es el caso de España, Italia, el Reino Unido o Portugal, que presentan combinaciones de déficit y endeudamiento que han despertado dudas y nerviosismo en los inversores internacionales.

Estos problemas han ocasionado que los inversores comiencen en los últimos meses a reclamar primas de riesgo más elevadas por mantener deuda soberana de países como Grecia, España o Portugal. Además, esta situación ?aunada a otros factores- ha provocado un progresivo debilitamiento del Euro frente a otras monedas, y en particular frente del dólar, como se aprecia en el gráfico adjunto.

La solución implementada al momento se ha basado en planes de austeridad fiscal, en conjunción con la creación de un fondo de estabilidad financiera para los países con cuentas fiscales comprometidas. Más recientemente, la Unión Europea ha ofrecido respaldo a Grecia en caso de que se vea imposibilitada a cumplir con las obligaciones de deuda contraídas a la vez que ha conformado un fondo de 500 mil millones de euros de modo de lograr mantener la estabilidad financiera en la región.

De esta forma al igual que EE.UU., la Zona Euro deberá comenzar la nueva década con la enorme tarea de lograr esquemas de sostenibilidad fiscal en contextos de bajo crecimiento económico, lo que no parece nada sencillo. Este es el escenario en el que se verán envueltos la mayor parte de los países de la Unión Europea, en donde los mercados financieros han reclamado -a través de la exigencia de mayores retornos- un manejo saludable de las cuentas públicas.

En síntesis, el año 2010 encierra desafíos nada despreciables para las economías avanzadas. En forma simplificada, admitir un nivel de desempleo elevado a favor de cuentas públicas saludables versus profundizar la brecha fiscal a favor de la defensa de puestos de trabajo, será para todos estos países el gran dilema a resolver. En cualquier caso, es claro que 2010 será un año de bajo crecimiento y persistentes problemas de empleo para las principales economías del mundo (en particular para la Zona Euro), y un año en el cual los mercados serán volátiles y muy sensibles a las decisiones de política económica que anuncien estos países. Particularmente, las paridades cambiaras se verán influenciadas por estos acontecimientos, y tal como sucedió con el fortalecimiento del dólar frente al euro en los últimos meses (fortalecido a consecuencia de los problemas europeos), lo que da vida al viejo dicho ?en el reino de los ciegos el tuerto será rey?.

Por Guillermo Santos Departamento de Consultoría Económica. CPA-Ferrere