CPA FERRERE
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Estrategias para la rentabilidad en el sistema bancario

Al analizar un sistema bancario, una de las primeras interrogantes que se suelen formular tanto empresas, ahorristas como reguladores se refiere a la rentabilidad del negocio. De hecho, el contar con un sistema bancario que logra obtener beneficios netos en forma consistente es un factor relevante a la hora de evaluar su fortaleza, en tanto la rentabilidad es un indicador de profesionalidad en la gestión del negocio, en su eficiencia y en su sustentabilidad. En el negocio bancario, quizás más que en cualquier otra actividad, la rentabilidad está ligada al desempeño de factores de mercado tales como la evolución de las tasas de interés y la cotización de las monedas. La historia reciente del sistema financiero uruguayo no escapa a estas grandes tendencias y, en particular, a los efectos de las tasas de interés internacionales.

En los últimos años, y a contramano de los problemas que caracterizaron a los eventos más críticos de la crisis financiera actual, el sistema bancario uruguayo presenta importantes excesos de liquidez. Es decir, los bancos locales captan depósitos de residentes y no residentes por montos que superan en forma significativa las posibilidades de colocación en créditos al sector no financiero, esto es, sector público, empresas y particulares. Las cifras son elocuentes. A modo de ejemplo, al cierre de 2007, las obligaciones del sistema bancario (excluyendo al BHU) con el sector no financiero totalizaron aproximadamente USD 12.100 millones, mientras que los créditos antes definidos rondaban los USD 5.000 millones. En este marco, una fracción importante de los fondos captados por el sistema financiero debe ser colocada en otro tipo de activos rentables distintos de los créditos al sector no financiero. Aquí se encuentran las colocaciones en el sistema financiero externo, los créditos al Banco Central del Uruguay así como las inversiones en valores como bonos y letras.

Sin embargo, ante la reducción de las tasas de interés del mercado internacional registrada en 2008 como resultado del debilitamiento de la economía estadounidense primero, y su globalización después, los bancos debieron enfrentar una importante reducción de sus ingresos. En efecto, la tasa en dólares LIBOR 180 días pasó de un promedio de 5,3% anual en 2007 a 3,5% en 2008, mientras que en el primer semestre de este año se ubicó en 1,5% promedio. Las tasas en Estados Unidos siguieron un comportamiento similar e incluso más acentuado. El efecto de esta reducción en el sistema bancario uruguayo fue directo, y la evolución de los ingresos financieros provenientes de las colocaciones en el exterior da cuenta de este hecho.

Considerando el total de bancos privados y el Banco de la República (BROU), el producido por los activos radicados en el exterior mostró una marcada reducción en los últimos meses. De hecho, estos ingresos pasaron de USD 191 millones en 2007 a USD 113 millones el año pasado, lo que implica una merma de USD 78 millones, es decir, el equivalente al 32% de las ganancias totales antes de impuestos de 2007 del sistema bancario. Esta situación se acentuó aún más durante el primer semestre de este año, como resultado de la profundización del proceso de reducción de las tasas internacionales. Los números de enero-junio de 2009 muestran que con las tasas de interés actuales, los intereses ganados por estos depósitos en el exterior podrían caer aproximadamente USD 60 millones en 2009 respecto al ya mermado cierre de 2008. En otras palabras, la caída acumulada de intereses ganados entre 2007 y 2009 podría rondar los USD 140 millones. En este caso, estos ingresos se situarían al cierre de 2009 en casi un tercio de la cifra registrada sólo dos años atrás.

Resulta evidente, entonces, la necesidad que tienen los bancos por ser más eficientes y generar nuevas fuentes de ingresos para contrarrestar estos efectos. Asimismo, este hecho explica por qué las instituciones financieras buscan generar ingresos que no dependan en forma directa de la evolución del costo del dinero. Los resultados muestran que efectivamente los bancos están logrando exitosamente adaptar su negocio al nuevo contexto internacional, de modo de minimizar los impactos antes descritos en su rentabilidad.

Hasta el momento, la estrategia ha consistido en aumentar el posicionamiento en activos locales a tasas de interés más atractivas, fundamentalmente por la vía de los créditos, y más concretamente, aquellos destinados al sector privado residente. En 2008, los bancos lograron aumentar los intereses ganados por este tipo de colocaciones en USD 102 millones con respecto a 2007, y la tendencia continuó operando también durante el primer semestre de este año. El comportamiento fue similar a nivel de la banca privada y del BROU durante 2008, y respondió a la combinación de una expansión del volumen del crédito junto con un leve repunte de las tasas de interés de este tipo de productos. El crecimiento del crédito estuvo concentrado en la primer mitad de 2008, antes de que se produjeran el desplome de la bolsa norteamericana y los eventos más agudos de la crisis financiera internacional, que impusieron una mayor cautela en la estrategia de colocación de créditos en el mercado local.

Adicionalmente, los efectos adversos de la crisis también están siendo atenuados por la recuperación de créditos ?castigados?, es decir, aquellos clasificados como morosos durante un período de tiempo prolongado y que habían sido totalmente llevados a pérdida de acuerdo con los criterios contables de prudencia. Ello sucedió esencialmente en el BROU, el cual logró en 2008 aumentar sus ingresos a través de este mecanismo en USD 65 millones con respecto al año anterior (esto equivale a más de un tercio del total de sus ganancias antes de impuestos).

Con estas estrategias, el sistema bancario uruguayo está logrando amortiguar el efecto negativo de la reducción de las tasas de interés del mercado internacional en sus ingresos. Sin embargo, aún se mantienen los desafíos en términos mejora de la eficiencia y el desarrollo de una base de ingresos menos dependiente de las fluctuaciones en el rendimiento financiero de las colocaciones en el exterior.

por Ec. Juan Voelker