CPA FERRERE
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Microscopio sobre el entorno de negocios para las microfinanzas

Por Mariana Ferreira*

La actividad de las microfinanzas ha mostrado un fuerte dinamismo en las últimas décadas, y esta tendencia se ha observado fundamentalmente en América Latina y El Caribe, donde las microfinanzas se expandieron impulsadas por la fuerte demanda de servicios financieros por parte de microempresarios y por la disponibilidad de los recursos de inversionistas y ahorristas.

Para poder examinar la evolución que ha tenido el entorno de las microfinanzas, la Unidad de Inteligencia Económica de la revista The Economist actualizó y amplió el estudio denominado ?Microscopio sobre el Entorno de Negocios para las Microfinanzas en América Latina y el Caribe?. Así, además de abordar la situación en América Latina y el Caribe, este estudio incluye evaluaciones del clima de negocios en países de Asia, África, Europa del Este y Medio Oriente, lo que nos permite tener una visión más global.

Este índice global evalúa las microfinanzas a través de tres dimensiones: el marco institucional y regulatorio, el clima de inversión general y el grado de desarrollo institucional de cada país. Así, el indicador se conforma por 13 indicadores agrupados en las tres dimensiones mencionadas. Dentro del marco regulatorio, se consideran:

  • Regulación de operaciones de microcrédito
  • Creación y funcionamiento de Instituciones de Microfinanzas (IMF) especializadas reguladas y/o supervisadas
  • creación y funcionamiento de IMF no reguladas
  • Capacidad regulatoria y de supervisión.

Respecto al clima de inversión, se examina:

  • Estabilidad política
  • Desarrollo del mercado de capitales
  • Sistema judicial
  • Normas de contabilidad
  • Normas de gobernabilidad
  • Transparencia de las IMF

Por último, dentro del desarrollo Institucional se considera:

  • Variedad de servicios que ofrecen las IMF
  • Buró de créditos
  • El nivel de competencia

La metodología utilizada para la construcción de este índice prevé que las categorías de marco regulatorio y desarrollo institucional tienen una ponderación de 40%, mientras que el clima de inversión pondera en un 20%.

Principales resultados

Si se examinan los resultados por región, se constata que América Latina y el Caribe encabezan el ranking general de las ocho regiones consideradas. Si se considera este indicador por país, se observa que de los diez primeros países, seis se ubican en América Latina y el Caribe: Perú, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Colombia y el Salvador. Uruguay quedó posicionado en un lugar bajo en el índice global, ya que quedó ubicado en la posición número 50 en un total de 55 países.

Cabe analizar los resultados obtenidos en las tres dimensiones que componen el indicador. En lo que concierne al Clima de Inversión y al Desarrollo institucional, América Latina está en segundo lugar, y en materia de Marco Regulatorio, América Latina está en el quinto lugar de ocho regiones. Si con la misma lógica, examinamos los resultados puntuales para el caso de Uruguay, vemos que el mejor puntaje se obtuvo en el clima de inversión, en el que Uruguay ocupa la posición 23. En la dimensión de desarrollo institucional, Uruguay se ubica en la posición 40, mientras que el peor lugar lo ocupa en lo que concierne al marco regulatorio, ubicándose en la posición 46 del ranking.

¿Qué factores explican estos resultados?

Según este estudio, los países que ocupan los primeros lugares del indicador a nivel global tienen gobiernos que han fomentado el desarrollo del mercado mediante políticas favorables para las actividades de las microfinanzas. Aún en los países donde no hay leyes ni regulaciones específicas, los marcos regulatorios que rigen para las microfinanzas permiten que la industria progrese. Dentro de América Latina, Perú, Bolivia, Colombia y el Salvador son los países que muestran mayores puntajes en las tres dimensiones consideradas; esto es, cuentan con un marco jurídico y regulatorio favorable, un clima de inversión moderadamente favorable y un alto grado de desarrollo institucional para desarrollar estas actividades.

Los países que ocupan los últimos lugares en general no han sido lo suficientemente exitosos en facilitar la prestación de servicios de microfinanzas por parte de instituciones privadas. Asimismo, se observa que algunos gobiernos intervienen en el financiamiento de las instituciones de microfinanzas de primer o segundo piso, otros ofrecen tasas de interés subsidiadas o condiciones de repago de créditos poco rigurosas, lo que resulta insostenible, dificultando así que las microfinanzas sean una actividad rentable para las instituciones privadas. Otro problema frecuente es la dificultad para crear y operar IMF reguladas, ya sea por la falta de procedimientos explícitos para las instituciones especializadas, o porque las normas que rigen dichas instituciones son difíciles de cumplir. En algunos casos, no es clara la legislación sobre la operación de instituciones de microcrédito no reguladas. Asimismo, en muchos casos el desarrollo de la competencia y los productos es limitado. Lo mismo sucede con la información disponible sobre los clientes del sector, que cuando existe, es bastante limitada.

Asimismo, es importante mencionar que si bien varios países cuentan con un clima de inversión favorable, obtienen puntajes bajos dentro del índice general. Esto puede indicar que su grado de desarrollo económico relativamente bueno aún no se ve reflejado en el sector de las microfinanzas. También se puede deber a las ponderaciones del modelo, que otorgan mayor importancia a las regulaciones y el desarrollo institucional que a los factores de clima de inversión.

¿Qué países evidenciaron cambios?

Los puntajes y las clasificaciones de este año 2009 pueden compararse respecto a los años 2007 y 2008 para los países de América Latina. En términos generales- y al igual que el año pasado- en 2009 dos países andinos (Perú y Bolivia) encabezan los primeros lugares de la región, pero sus calificaciones cayeron algunos puntos debido a leves cambios en la regulación y en el clima de inversión. Cabe destacar el caso de Ecuador, que registró el mayor descenso respecto al año pasado, debido al deterioro de su entorno regulatorio, clima de inversiones y desarrollo institucional. Colombia y Uruguay por su parte, fueron los únicos dos países que no evidenciaron variaciones respecto al año pasado.

En este punto, cabe hacer un análisis minucioso sobre la evolución que ha tenido este indicador para el caso de Uruguay. Tal como se observa del siguiente cuadro, nuestro país no evidenció cambios en 2009 respecto a 2008, manteniéndose los puntajes en cada una de las dimensiones consideradas. No obstante, se observa un importante deterioro entre el año pasado y el 2007, que responde a un empeoramiento del clima de negocios, del desarrollo institucional y en menor medida del marco regulatorio.

¿Cómo se posiciona Uruguay en la región?

Por último, es relevante comparar como es el entorno de negocios para las microfinanzas en Uruguay en relación al entorno prevaleciente en sus principales socios comerciales en América Latina. En particular, si se compara la posición de Uruguay con la de Brasil, Argentina y Chile se observa que ocupa las últimas o penúltimas posiciones, disputándose el cargo con Argentina. A partir del Cuadro 2, se constata que a nivel global, Uruguay obtuvo un puntaje de 28,4 mientras que Argentina obtuvo casi 31 puntos. Esto explica que mientras Argentina se posicionó en el lugar 43, Uruguay lo hizo en la posición 50 en un total de 55 países. Si se examinan los resultados por dimensión, dentro de esta comparación relativa, se constata que también estamos en último lugar respecto al desarrollo institucional. En el marco regulatorio y en el clima de inversión, Uruguay está mejor posicionado que Argentina. De todos modos, Chile es el país que lidera tanto el indicador global como en cada una de las dimensiones, lo que da cuenta que este país es el que tiene mejor entorno para el desarrollo de las microfinanzas.

Comentarios Finales

Tal como se mencionó al principio, el contenido del presente artículo se basa en los resultados más relevantes del informe elaborado por la Unidad de Inteligencia Económica de The Economist. Sin duda, se trata de un informe muy completo, con una sólida metodología que permite realizar comparaciones a nivel regional e internacional, lo que lo hace aun más valioso. Sin perjuicio de lo anterior, los resultados puntuales de cada país deben analizarse con sumo cuidado. En el caso de Uruguay, cabe hacer algunas precisiones. Primero, existe relativo consenso sobre el hecho que Uruguay ha logrado mejorar el clima de negocios. Segundo, se están implementando diversas acciones para examinar si el marco legal que rige en Uruguay, promueve o limita el desarrollo de las microfinanzas. Por último, es importante recordar que el mercado de las microfinanzas en Uruguay es muy inmaduro aún, lo que es causa y consecuencia a la vez del rezagado desarrollo institucional. De esta forma, si bien se están realizando esfuerzos para desarrollar y mejorar el entorno de negocios de las microfinanzas en Uruguay, aún queda mucho por hacer.